A solo 21 kilómetros de la capital poblana, se encuentra Huejotzingo, la ciudad que alberga el ex convento franciscano mejor conservado de la entidad, que ha sido declarado como Patrimonio de la Humanidad.
Su nombre proviene de las voces nahuas “Huexotl” (Sauce) y el diminutivo “Tzingo”; por lo que se traduce como “saucito”.
Fue fundada inicialmente por grupos étnicos olmecas-xilacas y toltecas-chichimecas, que establecieron un “señorío” a las faldas del volcán Iztaccíhuatl.
Este asentamiento alcanzó su cúspide entre los siglos XIII y XIV, cuando pactó una “Gran Alianza de Guerra” con Tenochtitlan, Tacuba, Texcoco y la tetralogía tlaxcalteca, con quienes contendía en la “guerras floridas”.
Para 1520, los habitantes de Huejotzingo pactan con los españoles. Un año después, combaten contra sus viejos aliados en la Gran Tenochtitlán.
Huejotzingo también tuvo participación en la lucha independentista, sus pobladores fueron liderados por Francisco Avendaño, quien fue fusilado por el realista Hevia en la Plazuela de San José, en la capital poblana.
Para 1861, Ignacio Nieva, capitán de las Guardias Nacionales, cae en combate en San Martín Texmelucan y en su honor, el gobierno del estado agregó su apellido al nombre de la ciudad.
Iztaccíhuatl, la riqueza natural
La cercanía de Huetozingo con el Iztaccíhuatl brinda varias riquezas naturales a este municipio, como la depresión del “ventisquero” que se forma en las laderas occidentales de la montaña Ayolócotl.
Ahí, los bordes de las corrientes arrastran grandes volúmenes de roca y además, el lugar es capaz de almacenar grandes cantidades de agua; lo que beneficia a los pobladores de la zona en tiempo de sequía.
También se encuentra el área denominada “la cabellera del volcán”, caracterizada por el desgajamiento de un gran número de rocas con violencia.
Adicional a los nueve ríos que pasan por este municipio y que alimentan la afluente del Atoyac, Huejotzingo se caracteriza porque su suelo permite la filtración agua a grandes profundidades; de modo que es posible encontrar agua en los pozos todo el año.
Ex convento de San Miguel
El mayor atractivo turístico de Huejotzingo está en su arquitectura religiosa y especialmente, en el ex convento franciscano de San Miguel, dedicado al arcángel patrono de la ciudad.
Este recinto comenzó a edificarse tras una reunión en 1524, fue terminado hasta 1570 y se le considera como uno de los primeros construidos en México, junto con los de Texcoco y Tlaxcala.
Su edificación también marcó la fundación de la ciudad, a tal grado que al centro de la ciudad fue colocada una cruz que marca la división de las cuatro colonias.
El ex convento de San Miguel tiene un atrio de 14 mil 400 metros cuadrados y en sus esquinas se encuentran las llamadas “capillas posas”.
En la entrada del templo se pueden ver altas columnas adornadas por el cordón franciscano y siete anagramas en griego y latín.
Al interior, es posible encontrar pintura mural al fresco, destacando el mural de los encapuchados; pero también alberga la pintura del sagrado Corazón de Jesús, de Rafael Mórente.
El carnaval de Huejotzingo
La festividad más importante de esta ciudad es su Carnaval, que recuerda las festividades del año agrícola de Tláloc, modificadas en la época de la colonia con danzas de enmascarados.
Entre las danzas se incluye una alegoría al rapto de una doncella por Agustín Lorenzo y escenas de la batalla del 5 de mayo.
El carnaval se realiza en la explanada de Fray Juan de Alameda, frente al Palacio Municipal y durante las fechas de la celebración, 20 batallones queman más de tres toneladas de pólvora.
Sidra y conservas
Huejotzingo se destaca por la elaboración de conserva de frutas, ates, jamoncillo, alegría y dulces de calabaza.
Además, resalta por la elaboración de sidra, que don Miguel Ortega y Rojas comenzó en 1920, y la creación de vinos de frutas.
¿Cómo llegar?
Si estas viendo desde tu celular y quieres iniciar en tu aplicación de mapas la ruta para llegar, haz clic aquí:
https://www.google.com.mx/maps/dir//Huejotzingo,+Pue./@19.1537215,-98.4219749,14z/