Visitar Calpan en cualquier época del año, vale mucho la pena, para conocer y recrearse con el imponente exconvento franciscano del siglo XVI, que ostenta sus 4 capillas posas de artística manufactura; pero además, ir en esta temporada es doblemente recomendable para poder saborear el platillo poblano por excelencia: los chiles en nogada, con lo cual el visitante podrá como se dice vulgarmente “matar dos pájaros de un tiro”, es decir, dar gusto al paladar y a la vista al mismo tiempo.
Para llegar a este poblado se encamina el vehículo hacia Cholula -desde donde distan 15 kilómetros al oeste-, se toma la carretera a Huejotzingo y luego de unos cuantos kilómetros, aparece el letrero que indica la desviación a la izquierda, para seguir una carretera de dos carriles. Transcurridos unos minutos entre sembradíos de maíz, ya sobre las faldas del volcán Popocatépetl, se cruza otra carretera que conduce hacia Nealtican y Paso de Cortés, tras lo cual empiezan a aparecer los pequeños restaurantes en donde varios jóvenes ofrecen “probaditas” del relleno, para alentar a los automovilistas a comer en dichos lugares. Algunos se dejan convencer fácilmente, y otros deciden continuar hasta el centro de la población para saciar su apetito.
Una gran lona con un letrero sobre un templete anuncia la 10ª. Feria del Chile en Nogada. Un grupo de música norteña ameniza la celebración, entre toldos que cubren las diferentes fondas que ofrecen el platillo tradicional en el zócalo, justo al lado del exconvento franciscano, uno de los 4 que se ubican en la falda del volcán, en el estado de Puebla declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, al lado de otros tantos en Morelos.
Con apenas unos 15 mil habitantes que en su mayoría subsisten de la agricultura y el comercio, Calpan (cuyo nombre en náhuatl significa “caserío”) ha encontrado en la realización de esta feria un elemento más para atraer al turismo con resultados exitosos, dado que en la región se cultivan los ingredientes principales del Chile en Nogada, cuya leyenda cuenta que dicho platillo –al igual que otros de gran tradición poblana como el mole y el rompope-, fue inventado por monjas, en 1821, en honor a Agustín de Iturbide y en ocasión de su cumpleaños.
Es por ello que representa los tres colores patrios y que su consumo se extiende hasta el 15 de septiembre, en que los mexicanos celebramos nuestra independencia. Verdad o mito, el hecho es que los Chiles en Nogada son un platillo reconocido internacionalmente y que a la fecha está en trámite para tener denominación de origen poblano, para evitar la intromisión de ingredientes extranjeros, como es el caso del chile tipo “poblano” cultivado en China.
Los ingredientes que Calpan y sus alrededores aportan al platillo mencionado son básicamente: durazno, pera, manzana y nuez de castilla, pero en esta ocasión, según comentarios de algunos comerciantes, algunos de éstos tuvieron que traerse del Estado de México, debido al retraso que sufrieron las lluvias en esta temporada.
En algunos restaurantes ofrecen también el mole poblano de guajolote y unas deliciosas quesadillas de flor de calabaza, y para acompañar los alimentos y que no hagan daño a los comensales, no podía faltar un sabroso néctar de la diosa Mayahuel, un pulquito curado o natural, traído de la vecina Tlaxcala, con el que está garantizada una buena digestión.
Es así como los calpenses, en su mayoría gente sencilla y amable ofrecen sus atractivos turísticos sin esperar mucho a cambio, sólo que el visitante se vaya satisfecho, difunda su patrimonio edificado y gastronómico y desde luego, regrese pronto.
Aquí, puedes acceder a la ubicación desde tu móvil.